EL CORAJE DE AMAR

Te recuerdo. 
Eres un amor tan antiguo como mi piel. Amor platónico creado desde el deseo,  el deseo de darle forma a tu personalidad  partiendo de esa dermis extraña  hecha de celuloide. Te recuerdo.  Una larga cinta flotando en el cielo.  Unos labios pixelados.  Una mirada gamberra, y al mismo tiempo, la dulzura de la Soledad, la ternura que habita en tu interior,  detrás de ese escudo de mal genio.
Te recuerdo.  Y ahora te vivo. Te siento.
Te descubro nuevamente,  he vuelto a remirar las páginas del libro de mi vida.
No creo en dioses. No sé muy bien a quién deberé darle las gracias de que hayas vuelto a mi vida, quizás al universo  que tiene las leyes matemáticas combinadas con las cuánticas.  Quizás a la magia circular de la existencia.  No sé bien a quién agradecer esta locura perfecta que ha vuelto  a arrancarle a mis poros la fuerza del coraje que ha de tener el amor. 

Meg.