Pude sentir los aullidos del sol mientras los frágiles cálices en el estruendo de la noche se pretendían, la luna desperezaba del sueño esbozando una lumínica sonrisa se embistieron las copas desenfrenando sus melodías y se me fue por todo ello, la vida, mientras la luna con su embrujo de mareas el dolor con las risas, diluía...
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