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a mis hijos
Hice el esfuerzo de darme
de vigilar los pequeños pasos
de los infantes
acostumbré mi vista
a ver por sus ojos,
perdiendo mis horizontes
por los suyos,
a velar el crecimiento de sus flores,
de sus hiedras trepando,
arraigándose al cielo,
perdí la visión de mis valles.
Hice el esfuerzo del agua
fluí por sus cauces
hasta que fueron mar.
No sé bien si yo era el río
o sus afluentes.
Perdí la noción de mí.
Dejé de oír crecer mi hierba
planté las semillas en el futuro
que no podía escuchar.
Dejé mi respiración en ellos.
Ahora los veo como gotas inconfundibles,
propias, seguras,
aguas que aún siendo un ciclo
son únicas,
encontré mi paz.
...
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