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LIMONADA
Ahí está, miro hacia atrás y la veo: mi vida,
la que se escribió deprisa, sin pensar,
la que pudo sobrevivir al atropello de los días,
de la lucha y los silencios por no molestar.
Ahí detrás quedaron la palabras
que como niña pronuncié con inocencia,
y los hechos no pensados en futuro
no exigiendo nada más que la verdad.
Ahí quedaron mis arduas entregas,
el arrebato intenso del sentir,
el no importa nada más que lo que entrego,
el llanto y el dolor que he ido bebiendo
a grandes tragos en la fiesta de este vivir..
Sólo es necesario un leve momento,
una pausa en el camino acelerado,
al mirar atrás y darse cuenta
de lo breve que ha sido
aunque caminando, toda mi fuerza pusiera.
Y hoy sentada en el presente
y apenas mirando adelante,
me percato de haber sido quizás, estúpida.
Siempre preparé de lo exprimido un elixir excelente,
y sigo preparando esas dulces limonadas
con el ácido zumo que el destino me regala.
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