OXÍMORON



Gracias a Dios soy atea,
y me confieso a diario
en los altares de la nada,
llena de creencias
me vacío del saber,
despojo de piel mis vestiduras.
Despacio me adentro en el vórtice,
que no creo en el color
y sí en la luz.
Como si ambas cosas pudieran separarse.
Y como nosotros,
dos gotas perfectas,
sabiéndonos llama,
nos apagamos en el mismo fuego.

Marga Escuder Gea

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