VACÍA



Se terminó,
se acabó de llenar de la nada,
se colmó de impaciencia,
se dio cuenta por fin
de que estaba anegada
de ausencia,
miró alrededor
y no halló más cosa que a sí misma,
palpó sus propios poros,
se absorbió pensando en él
y en lo que había creído
inventando momentos,
cerró los ojos
y aún le veía,
pero estaba repleta
de negaciones.
Apretó las manos
como guardando una leve caricia,
se había enamorado,
ella inteligente,
como una idiota.
Y sin pronunciar palabra
le dejó partir,
sin reproches ni lágrimas.

Marga Escuder Gea.
Imagen: Pinterest ANJA BUHRER


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