EN MI SENCILLEZ

No tengo el talento del erudito
ni he podido estudiar a los sabios
el tiempo no me dio tregua.
Aunque espartana, soy caprichosa,
tengo el alma abandonada,
camino sola,
siempre lo he hecho,
me encontré ceñida de alambres
en lugar de cultivar rosas,
no tengo edad,
no sumé triunfos,
no guardé iras,
y, a veces, sin darme cuenta,
me dejé maltratar.
Di todas las oportunidades
en lugar de acaudalarlas,
limpié traseros y mocos,
estaba sola,
y no supe hacerlo mejor.
Llevo todas mis arrugas
en mi reverso,
mi alma oprimida
quiso volar.
Te conocí.
No pude tenerte.
Fuiste como agua de manantial
escapando entre mis dedos.
Y algunas noches te pienso.
Aún te siento.
Y con lo único que poseo,
esa dureza que atraviesa el hierro,
me duermo deseando que me ames,
y torpemente, en mi sencillez,
en eso que sé que soy buena,
algún día, juro te conseguiré.

Marga Escuder Gea.