A UNA PIEDRA.



A una piedra.


Lastima el silencio
Es una inundación
de sequía,
estar en las brasas,
un infierno frío
un latido sin vida.
Lastima el olvido.
Es un altar sumergido
en una ciénaga de plegarias
un suicidio del recuerdo.
Lastima pronunciar tu nombre
en el eco.
Te lo retorna,
lo convierte en desgastada rutina.
Duele la caricia.
Ésa que nunca se ha dado.
Ésa que era precisa.
Pero luego del último arañazo,
de la sal y el limón,
la cicatriz que deja el desierto,
lo que lastima
se convierte en lástima,
y en ese momento
el dolor se transforma
en aceptación.
Y nace un esplendor,
se abre la flor de la palabra,
un hecho,
una decisión.

Marga Escuder Gea.

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