Los niños y la guerra

No será suficiente,
ni todo el amor detendrá el torrente,
la sangre que derrama el hombre herido,
el plomo y la metralla sólo pesan en la piel
y en las entrañas,
en las manos son ligeros y planean
como papel moneda,
no es suficiente
ni toda la risa,
ni el triunfo del ego donde está la calma.
No será bastante ni el brillo de los ojos
del recién nacido,
ni la luz que se levanta en las mañanas,
ni siquiera el giro de la tierra
con su danza continúa
por miles de anocheceres
y alboradas,
No será suficiente nada mientras haya prisas,
mientras no cedas a observar la belleza
del átomo del polvo que levanta tu pisada,
mientras no veas en secuencias
las caricias entregadas.
El progreso lleva tan lejos
que omite lo que hoy está pasando.
No es el día que viene,
sino la hora en la que puedes suspenderte
en el aire.
La que no dejas morir acelerada.
No será bastante todo el oro,
ni todo el vino, ni todas las rosas,
si no sabes contar tus parpadeos,
si no ves ni oyes al infante
que te exige como prueba,
como ejemplo.
No será suficiente
si no aprendes a oir tu propio pulso
a sentir crecer tu pelo
a notar la calidez de tu savia
viajando por tus venas.
No será suficiente
si no eres severo juez
de tu propia conciencia.


Marga Escuder Gea.

FOTO: Rodrigo Abd1 Siria-Los niños de la guerra.



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