...-él-... se ha vuelto como un trago eterno de absenta". Del libro Casi Cotidiano
Los poetas son verdaderos locos, desbordados de cordura.
MEG
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LA CERILLA
Creí que la llama fuera tan sólo luz, pero su fuego dejó tras de sí un rastro de cenizas, palpitantes y oscuras, ligeras como polvo de pensamiento. Regalaba una belleza efímera como el suspiro de un ángel, veías volar su cabellera hacia un lado y de repente, surgía de otra parte su pelo rojo era oro y naranja, moviéndose al aire. Pareciera una flor, un tulipán abriéndose al sol con agonía, para bajar su cabeza por fín a las sombras, cayendo su cuerpo en dócil reverencia sin vida. Creí que esa llama ardía, pero cada efluvio de fuego iba y venía, así como tú, mi amor, así como tú, esa mísera cerilla.
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