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PEDAZOS
Traía el viento ráfagas de olvidos,
y de vez en cuando
se hacía lluvia en los ojos,
no había más remedio que dejar de pensar,
no había más destino que no desear
lo que no se puede conseguir.
Y con dolor, intentó apartar los ojos de su corazón
de aquella calidez que la llamaba.
se rompió en mil trozos,
los fue recogiendo como pudo
y sola, en un rincón, a escondidas,
comenzo a armarse de nuevo con ellos.
Marga Escuder Gea
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