...-él-... se ha vuelto como un trago eterno de absenta". Del libro Casi Cotidiano
Los poetas son verdaderos locos, desbordados de cordura.
MEG
Obtener enlace
Facebook
X
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
DE VERDADES Y GUERRAS
Llegó la hora del invierno, la de sentarse sola frente un fuego cálido, que imagino de hogar, porque aquí, en este rincón de esta negra ciudad, es una simple estufa. Llegó ese momento en que, sentada frente a mi misma, me vomito los hechos los que provocan las palabras. ésas, que nunca puedo retener en mi boca, porque van armadas de verdad y se me escapan, como el escuadrón que va a la batalla feliz y orgulloso blandiendo un estandarte. Hoy ha sido duro el golpe. He tenido que volver a las trincheras, me ha ganado la misma guerra, otra vez me ha perdido la sinceridad. Ésa que se le parece a un niño, ésa que tiende a desaparecer cuando uno crece -¿No habré crecido?- Y me ha partido la leve sonrisa, esa mueca absurda que me quedaba desde el último frío. Y ha sesgado la esperanza, la poca confianza que aún tenía de las primaveras, le ha mutilado las alas: que la dejaban volar en deseos, Llegó la hora de la nieve, del hielo que enfria los corazones esos pobres músculos ignorantes que hierven ante el umbral del afluente de la cálida sangre que los mueve. Y se detienen ante las tremendas verdades. Las musas blancas, que giraban descalzas en bailes proféticos de nuevos amores, se han callado, se han muerto, No puedieron soportar ver el sollozo de la tristeza, las lágrimas que han barrido sin piedad los anhelos. Y han dejado pasar a las sombras en desfile frenético, invadiendo pensamientos, coloreando el miedo con sus negras ropas. Llegó la hora de aceptar que jamás habrá nada más allá de mi misma. Que la verdad deriva en pérdida las más de las veces. Y hoy, sólo por un ínfimo momento, estuve cerca de la victoria, la rocé levemente, y me perdió nuevamente mi boca, mi irrefenable manía de ser sincera.
Comentarios
Publicar un comentario