Y NO ME IMPORTA NADA

Qué me importa el hielo de tus ojos,
o el fuego que emana tu pérfida palabra,
más allá del destino que ambos pudieran tener,
yo me empapo de ti, aunque tú no quieras,
ni ese sea tu fin.
Qué me puede importar
que el cielo se vuelva verde,
no es tan descabellado.
A fin de cuentas el gran amarillo
y el azul del firmamento unidos,
nunca deberían sumar rosa,
y también lo hay en los ocasos.
Qué me puede importar tu huida
siendo sólo la distancia que provoca la mía.
Y qué importa que nada sea tangible.
Incluso hay un punto que conecta
cuando te conviertes en tangente de mi vida.
Y aunque siempre escapas
por esa misma línea,
nunca podrás negar nuestro encuentro.
Qué me puede importar que te vayas
o no quieras estar cerca de mí,
sé que jamás me olvidarás,
y de vez en cuando,
te sorprenderás
echándome de menos.

Marga Escuder Gea


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