OTRA FORMA DE VIOLENCIA


Te quise tanto
que a veces se me olvida
que me hiciste mucho daño,
olvido los golpes dados con palabras hirientes,
las puñaladas de tus traiciones,
se me olvidan...
Te quise tanto que viví
sin que yo importara,
tú siendo el rey y señor
y yo subyugada a tu poder,
al poder de no perderte,
qué error, cariño,
qué error cuando de pronto
vuelvo a encontrar los recuerdos
como fotografías que están en una caja
gastada de estar en el armario.
Te quise tanto como para escribir canciones,
letras inconfesas, alaridos callados,
hasta que vuelvo a recordar
lo más importante de todo
Tu falta de amor hacia mí.
Te quise tanto
que mi mente borra a veces
que quisiste estar en otras camas.
Que era tanta tu bondad
que la repartías por doquier, menos aquí.
Y ahora, no sé cuánto amor tienes,
seguro que lo tienes
mientras esté la venda en los ojos,
nunca será ni por asomo
el que yo te tuve, por ceguera consciente,
y justificación perenne.
Tengo el cuerpo dolorido de tus golpes de amor.
Mucho miedo de que nadie más
pueda amarme,
aunque fuera un pequeño puñado
de lo que tu lo hiciste.
No son cardenales lo que luzco en mi piel,
es la malsana costumbre de no sentirme
SUFICIENTE.


Marga Escuder Gea





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