HUIR SIN HUIR


Correr, correr...
a través de esos campos dorados
llenos de la luz del sol,
con lágrimas de sangre en los ojos,
como amapolas que se esparcen en esos amarillos,
correr, correr hacia el horizonte incierto
desmayado desde los cielos,
correr sin pensar más que en el avance,
sintiendo que el trigo del pasado
ahora seco de tanto exponerse,
araña tus piernas al pasar.
Correr... correr... a través de esos campos
que volverán a reverdecer
el siguiente año.
correr... correr... sentir la brisa en la cara
no pensar...
correr sin fin, sin detenerse,
para no llegar a ningún lugar.

Marga Escuder Gea
27.05.2017


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