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DE PE A PA
Dicen por ahí que con los años
se marchita la rosa del amor,
que no hay sorpresas ni deseos,
que la furia se vuelve calma y rutina,
que no hay ya juegos ni fuegos.
Pero con solo oír tu voz
derrito mis pensamientos,
y me tiemblan las piernas,
y mi interior se ve convertido
en un mágico motor
que me ayuda a alzar el vuelo,
una máquina propulsada
por el aleteo de un millón de mariposas.
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