PENSAMIENTOS




Adoro a todo aquél que pudiendo llegar al Olimpo se queda en el camino para estar cerca de la gente corriente.

Escribo más locuaz y ágilmente cuando logro adormecer a ese esclavo que llevo dentro.

En un intento de alcanzar la muerte rocé la esperanza. Pero me desdeñó.

Cuán infinito es ese amor que anida sin abrir la boca para reclamar.

Se puede ser un genio o un ser domado.  Y traspasando los límites, conjugando ambos, podremos encontrar un cierto equilibrio.

No me duele que este amor que he inventado para ti tú no lo sientas. Es una balsa que me salva de un seguro naufragio.

Marga Escuder

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